El exceso de peso sólo aparece en personas que ingieren más calorías de las que consumen. Donde no se aprecia un aumento de la ingesta, aparece una disminución de la actividad física.

¿Por qué engordamos?

El exceso de peso de una persona sana o enferma sólo es una cuestión de desequilibrio, de exceso de calorías ingeridas.

Puedes dibujar una balanza en la que, en un platillo pongas la ingesta calórica y en el otro pongas el gasto energético. Cuando esta balanza está equilibrada, el peso no varía pero, si ingieres más de lo que gastas entonces, el cuerpo acumula el exceso y empieza a engordar. Si, por el contrario, ingieres menos de lo que gastas, tu cuerpo gastará las reservas, haya muchas o pocas, y adelgazarás.

La ingesta calórica viene directamente de la comida y bebida que tomas. Las calorías vienen proporcionadas por los siguientes nutrientes:

No proporcionan energía y por lo tanto no te influyen directamente en el peso los siguientes nutrientes:

Los nutrientes los encontramos en diferentes proporciones en los distintos alimentos. Debes conocer los alimentos por grupos, es decir, clasificar los alimentos según sea el nutriente principal.

La ingesta calórica no la proporcionan la comida y la cena (también llamadas comidas principales), sino que todo aquello que comas o bebas durante todo el día y la noche te pueden proporcionar energía (calorías). Es habitual encontrarnos con personas que afirman que apenas comen durante las comidas, pero sin darse cuenta pican entre horas productos muy calóricos que ocupan muy poco espacio en un bolso o en el cajón de la oficina. Las bebidas, aparte del agua, pueden ser también muy calóricas puesto que se pueden tomar grandes cantidades sin apenas enterarnos.

El gasto energético depende de muchos más factores:

  • peso corporal: mantener un cuerpo grande es más costoso energéticamente.
  • ejercicio físico: la vida sedentaria consume menos calorías que el deporte.
  • crecimiento: para crear materia nueva hay que añadir calorías en la dieta.
  • clima: los climas fríos o las alturas requieren un mayor consumo energético.
  • enfermedades o accidentes graves: hacen aumentar las necesidades energéticas.
  • falta de algún miembro por amputación o desde el nacimiento: necesita menos calorías para mantenerse.
  • sexo: las mujeres necesitan menos calorías para mantenerse que los hombres

La constitución física, la edad, el sexo … son parámetros que utilizamos para calcular el peso ideal y, con él, el gasto energético. Pero no provocan por si solas un cambio en el gasto energético, son datos que nos facilitan el acercarnos al gasto energético real de la persona. Es decir, a las calorías que necesitamos.

A pesar de esto, el cuerpo es capaz de optimizar una ingesta consiguiendo alguna caloría más en caso de necesidad (hambruna), o de eliminar el exceso calórico en forma de calor corporal en vez de almacenarlo. Estos son dos simples ejemplos que pueden aumentar. El cuerpo se rige por un montón de procesos metabólicos que conocemos pero otros más sutiles y difíciles de cuantificar. La dietética no es un ciencia exacta pues no son todos los cuerpos iguales ni lo son los alimentos del mercado.

Hay quien engorda sin comer

No es cierto, a nadie le proporcionan calorías ni el agua ni el aire. Sólo se puede engordar comiendo más de lo que se consume. Por supuesto existen personas obesas que comen menos que personas delgadas, pero ocurre que las necesidades energéticas individuales son tan distintas como la ingesta en cada persona. O sea, las comparaciones no nos sirven, debemos analizar los casos de forma individual.