La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia senil. Es una enfermedad progresiva e incurable que puede afectar diversas funciones mentales disminuyendo la memoria pero también la orientación, la concentración, el razonamiento, el lenguaje y también retroceso en el comportamiento. No se conoce su etiología aunque en necropsias se han encontrado depósitos de aluminio en el cerebro. Con una buena planificación nutricional se intenta conseguir un estado nutricional óptimo y se facilita el acto alimentario y la deglución.

Problemas en el Alzheimer que requieren intervenciones dietéticas

Puede haber una disminución de las reservas proteicas y energéticas, independientemente del aporte alimentario de alrededor de 5 Kg / año. Por lo que se requerirá un control de peso.

Fases del Alzheimer en las que la alimentación se encuentra afectada

Fase inicial

  • Aparece con una depresión que suele conducir a una anorexia o
  • aparece con una gran confusión que puede conducir a una bulimia

Fase intermedia

En la fase intermedia del Alzheimer hay una gran agitación y disminuyen las horas de sueño por lo que aumentan las necesidades energéticas.

Fase avanzada

Después de 8 años de evolución, el 50 % de los enfermos de Alzheimer no comen solos.

Fase final

En la fase final los enfermos de Alzheimer tienen dificultades para reconocer la comida o asir los cubiertos. También tienen dificultades para llevarse la comida a la boca, masticar y tragar. Aparece pues disfagia.

Soluciones dietéticas a los problemas alimentarios en la enfermedad de Alzheimer

  • Se deben tomar medidas de seguridad:
    • Prevenir accidentes (cerillas, encendedores, electrodomésticos, sustancias tóxicas)
    • Ofrecer alimentos que necesiten poca manipulación
    • Escribir instrucciones (si el enfermo de Alzheimer es capaz de leer)
    • Ajustar el calentador o la caldera de agua a baja temperatura par evitar quemaduras
    • Crear una rutina alimentaria
    • Valorar si el enfermo come mejor solo o en grupo
    • Crear un ambiene sin obstáculos donde siempre esté todo igual
    • Facilitar que el enfermo coma en una posición adecuada para facilitar la deglución
    • Hacer pequeñas comidas fáciles de comer
    • Buscar cubiertos o cacharrería adecuada a cada caso
    • Servir alimentos que se puedan comer con las manos
    • Cuidar la temperatura de los alimentos para evitar quemaduras y para que sea apetecible al paladar
    • Adaptar la consistencia de los alimentos a la fueza de los maxilares y a la capacidad de deglución
    • Verificar si la comida se acumula en la boca
    • Si el enfermo olvida masticar o tragar, debe estimulársele
    • Controlar el estado de las encias de forma periódica
    • Evitar que objetos no comestibles puedan ser tragados
    • Utilizar suplementos nutricionales si hace falta y bajo control médico
  • Ofrecer una dieta equilibrada, blanda, aseugurando un buen aporte proteico (asegurar 1 g de proteínas / Kg / día)
  • Cuidar el aporte de líquidos para conseguir una correcta hidratación.
  • Si existe una anorexia, será útil una dieta fraccionada (6 o más comidas al día)
Nota: Las dietas terapéuticas deben ser personales y dependen de su situación médica y de su cultura alimentaria concretas. La especificación de alimentos (menús concretos) útil para usted no sirve al próximo visitante y por ello, la información que ofrecemos es genérica.